Una broma local dice que el hombre más afortunado de Varsovia es el conserje que vive en el último piso del imponente Palacio de la Cultura, porque es el único que puede mirar por la ventana y no verlo.
Odiado por muchos polacos mayores como un símbolo de la opresión soviética, el rascacielos neogótico de 230 metros de altura y 30 pisos fue un "regalo" del dictador soviético Joseph Stalin en la década de 1950. Puede ser divisado desde cualquier punto de Varsovia, a unos 30 km de distancia, y ya que no puede ser demolido, la solución para "eliminarlo" es permitir las construcciones de altos rascacielos a su alrededor para que éstos lo cubran.
Odiado por muchos polacos mayores como un símbolo de la opresión soviética, el rascacielos neogótico de 230 metros de altura y 30 pisos fue un "regalo" del dictador soviético Joseph Stalin en la década de 1950. Puede ser divisado desde cualquier punto de Varsovia, a unos 30 km de distancia, y ya que no puede ser demolido, la solución para "eliminarlo" es permitir las construcciones de altos rascacielos a su alrededor para que éstos lo cubran.
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