La mayoría de estos barracones en lugar de pavimento tenían tierra apisonada que se convertía frecuentemente en fango. Los reclusos y reclusas dormían aquí en camastros de tres niveles cubiertos de paja podrida. Cada nivel era ocupado por unas ocho personas, es decir, cuatro en cada "litera".
sábado, 25 de abril de 2009
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